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ARTÍCULO DE OPINIÓN | Las plataformas de financiación participativa como impulsoras de la inversión de impacto

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Pepe Borrell, Crowdcube

Pepe Borrell, Crowdcube

El mundo está en constante evolución y con él las prioridades de la sociedad y de los diferentes agentes económicos. Los consumidores, cada vez más concienciados, prestan mayor atención al componente social y sostenible de las marcas, las cuales deben corresponder con una oferta de productos, servicios y un modelo de negocio alineados con los criterios ambientales, sociales y de gobernanza. Este cambio de paradigma tiene indudablemente su reflejo en el mundo de la inversión de impacto.

Los datos que manejamos en Crowdcube evidencian este contexto. En los últimos años, el porcentaje invertido en empresas cleantechs por parte de los inversores se ha incrementado. En este aspecto, mientras que en 2015 la inversión en este tipo de compañías representaba el 1,5% del total invertido a través de nuestra plataforma, en 2021 la cifra rozaba el 6%. Unos datos que constatan el creciente interés por la inversión en organizaciones sostenibles, pero que indudablemente aún resultan insuficientes.

Para ello, las instituciones han dado un paso adelante y están trabajando de manera activa para unificar pautas y mostrar la importancia de aplicar los criterios ESG (factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo que se tienen en cuenta a la hora de invertir en una empresa) a las inversiones. Un claro reflejo es la denominada Taxonomía Verde Europea desarrollada por la Comisión Europea con el objetivo de homogeneizar y priorizar las inversiones sostenibles frente a otras actividades.

Un empujón a la inversión de impacto

Esta situación nos permite reflexionar sobre cómo están cambiando los criterios de inversión: ya no sólo se tiene en cuenta la rentabilidad, sino también el carácter socialmente responsable de las empresas en las que se va a invertir. Una realidad, la de la inversión de impacto, que nos sirve también para analizar el papel que desempeña nuestro negocio en conectar inversores minoristas concienciados con el impacto positivo de sus inversiones con compañías que entienden que tener una vertiente social es rentable y fundamental para sus negocios.

Precisamente, los inversores minoristas españoles, entre los 35 y 44 años, son los que más invierten en empresas cleantechs, de acuerdo con los datos que disponemos en Crowdcube. Bajo esta premisa, la inversión de impacto es uno de los aspectos que prima a la hora de elegir las empresas que se van a financiar a través de la plataforma. Hasta hace poco tiempo no se prestaba atención a que las compañías financiadas tuvieran un componente de impacto social. Sin embargo, cada vez es más latente el movimiento de las organizaciones hacia ser más sociales, unido a que las comunidades de usuarios responden mejor si la entidad tiene ese rumbo y esa finalidad.

Una encuesta que realizamos hace unos meses reveló que el 73% de los inversores registrados en Crowdcube no quiere que sus inversiones respalden negocios que tengan un impacto ambiental negativo, y los datos muestran que esta tenencia está en auge. Esta situación supone, por tanto, un cambio tangible en el comportamiento de los inversores. Al menos un tercio de las compañías financiadas cada año en la plataforma tienen una vertiente medioambiental y/o social, y el número de empresas B Corps financiadas ha crecido en un 300% con respecto a hace dos años.

De modo concreto, nuestras cifras a nivel global indican que las inversiones en tecnología limpia y sostenibilidad por parte de inversores minoristas han crecido un 445% en los últimos tres años. Además, la proporción de cleantechs que reciben financiación en la plataforma ha aumentado desde 2018 en un 186%. Así, podemos afirmar que las personas quieren formar parte activa de la lucha contra el cambio climático, y que deciden hacerlo invirtiendo en aquellas organizaciones que pueden jugar un papel importante en la consecución de una economía más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

En este punto, y especialmente ante empresas de este perfil, es también importante la coinversión de fondos de capital riesgo y minoristas a través de plataformas de financiación participativa, que permiten crear comunidades mucho más fieles. El valor que aporta un venture capital es enorme, pero también lo es el que aportan un millar de inversores que creen en la marca y que valoran su componente social. Cada vez veremos más empresas con miles de accionistas como Heura Foods, Tropicfeel o Velca Motos, quienes ha decidido reservar una parte de sus ampliaciones de capital a su comunidad de clientes e inversores minoristas que quieran apoyar su misión.

Tenemos la oportunidad de formar parte del cambio y de conseguir un planeta y una sociedad mucho más comprometida y podemos hacerlo promoviendo la inversión en empresas que impulsan los criterios ESG. Compañías comprometidas con tener un impacto positivo en el mundo y que pueden lograrlo gracias a contar con una comunidad fiel a sus principios y a los de la marca.

Autor: Pepe Borrell, VP International de Crowdcube y Consejero Delegado de Crowdcube Europe S.L. 

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