
Annila Ludes y Dr. Bastian Küppers International Sales
A día de hoy, sólo se recicla una mínima parte de los productos textiles desechados. Aunque la producción de la industria de la confección se ha duplicado en los últimos quince años, el tiempo de uso de las prendas se ha reducido en más de un 30 %. Al mismo tiempo, el aumento de la demanda de moda “low-cost” está propiciando un declive de la calidad de los materiales, lo que dificulta su reutilización o reciclaje. Según la “Ellen MacArthur Foundation”, se calcula que al año se generan 114 millones de toneladas de residuos textiles. De las prendas de vestir que se recogen con fines de reciclaje, el 12 % se degrada para su uso en aplicaciones de menor valor, como material de aislamiento, y menos del 1 % se usa para fabricar nuevas prendas en una economía circular de circuito cerrado. Además, el elevado contenido de poliéster de la moda rápida conlleva también un aumento de la cantidad de productos textiles desechados que se incineran en plantas de transformación de residuos en energía debido a su alto valor calorífico.
El impacto medioambiental de los residuos textiles
El aumento del consumo de ropa, junto con la disminución del tiempo de uso y el incremento del uso de materiales sintéticos como el poliéster y el nailon, impacta negativamente sobre el medio ambiente. Grandes cantidades de microfibras de plástico generadas a través del lavado de productos textiles se filtran a los océanos, representando el 35 % de la contaminación por microplásticos. Una eliminación inadecuada también puede dar lugar a la liberación de los productos textiles al medio ambiente, lo que pone en peligro la fauna silvestre y la vida marina.