La crisis energética ha reavivado el debate sobre el gasto de la iluminación en las fiestas. De hecho, algunos ayuntamientos van a apagar las luces de Navidad una hora o dos antes para poder ahorrar. Otra opción que se ha puesto sobre la mesa es encender solo bombillas LED. El debate puede adquirir tintes políticos en algunas ciudades. El respeto al medio ambiente es el argumento esgrimido por aquellos que se oponen al exceso.
En Vigo, una de las ciudades que mejor luce en el alumbrado navideño, se gastará 60.000 euros, el doble que en 2021. El coste representa el 0,0002% de todo el dinero del consistorio para el año. Su alcalde, Abel Caballero, dice que el consumo de sus 11 millones de LEDs equivale al 0,5% del gasto total en el alumbrado de la localidad, cuyo coste ascendió a 5,5 millones de euros.
Las luces de Navidad en las ciudades
En Madrid, cada hora de iluminación supone 180 euros. Como es un coste asumible, la capital va a mantener la misma iluminación que en 2021, en más de 230 emplazamientos y con el 100% de luminarias tipo led, de alta eficiencia energética. Barcelona ha llegado a un acuerdo con las patronales del comercio y la restauración, con las que comparte el gasto del alumbrado navideño: se apagará una hora antes para pasar de 259 a 217.
El Ayuntamiento de Valencia no tiene prevista la adopción de medida alguna extra de ahorro pues ha ido bajando la factura en los últimos siete años con un contrato plurianual, gracias al que ha rebajado más de un tercio el consumo energético y en un 50% la factura (de 18 a 9 millones de euros anuales).
Sevilla es una de las ciudades que más se significará pues retrasó el comienzo del alumbrado navideño del 25 de noviembre hasta el 5 de diciembre, lo reduce en una hora en días laborables y adopta una tecnología led aún más eficiente para lograr un ahorro del 30% respecto a la Navidad de 2021.
Málaga encenderá las luces dos horas menos a diario, lo que implica el ahorro de 7.000 euros en comparación a los más de 21.000 del año pasado. Esta limitación acarreará también la reducción de cuatro toneladas de CO2 que no se emitirán a la atmósfera.
¿Gasto mínimo?
Por regla general, los expertos estiman que el gasto de las luces de Navidad de un Ayuntamiento es mínimo, pues representa un 0,001% del total de la factura de la luz anual. Si además se adelanta una hora el apagado, se puede ahorrar hasta un 14%.
La reducción del gasto se debe sobre todo al uso de tecnologías eficientes. Limitar las horas de alumbrado tiene más de gesto de concienciación que de medida efectiva para ahorrar en la factura de la luz.
La iluminación navideña está libre de las restricciones de ahorro de energía. Se da además la circunstancia de que las luces led pueden ahorrar un 80% de energía, aunque el efecto rebote provoca que se hayan multiplicado los puntos de consumo de energía.
Criterios comerciales
Las calles de las ciudades de España van a lucir igual de luminosas que antes de la guerra de Ucrania y la pandemia de COVID-19. Los criterios comerciales y turísticos priman más en las decisiones consistoriales que la crisis energética o el cambio climático.
El Real Decreto sobre reducción de la dependencia energética del gas natural, firmado por el Ministerio para la Transición Ecológica, obviaba las recomendaciones sobre el ahorro energético en las luces de Navidad. Tampoco hubo restricciones con el Plan de Contingencia. Esta “carta blanca” ha favorecido una especie de carrera por ver qué ciudad conseguía la iluminación más espectacular. El objetivo: que compradores y turistas impulsen el sector hotelero y la restauración. Los comerciantes son conscientes de que más que un gasto debería hablarse de inversión, pues la dinamización de la ciudad supone un beneficio para los propios municipios.
Medidas de ahorro
Existen distintas medidas que pueden ocasionar ahorro energético. Por ejemplo, los ayuntamientos pueden regular la iluminación dependiendo de los días o las horas según el significado de cada día o las horas en que haya menos circulación. Por cada hora de menos de iluminación navideña se puede obtener un ahorro de entre el 10 y el 13% de ahorro en el consumo energético. Y por cada día que se cierre antes la campaña el ahorro medio sería de otro 3% en el consumo de energía.
Menos luz también implica menos emisiones de CO2. Frente a los que comparan iluminación con alegría, los expertos señalan que evitar las emisiones es lo mejor para el medio ambiente y para el futuro de las ciudades.
Muchos ciudadanos podrían entender las restricciones y las limitaciones de tiempo de encendido. El ahorro energético y el ahorro de dinero son bazas importantes. Además, cuando hay familias sumidas en la pobreza energética puede resultar poco ético el exhibicionismo luminario. También es posible decorar las ciudades sin tener que recurrir a las luces.
Hay más opciones de ahorro, como regular la intensidad de las luces, algo posible en las de encendido y apagado con algunos ajustes técnicos. También puede diseñarse el montaje para que las luces no estén encendidas al 100% del tiempo y todas a la vez, sino organizadas en una secuencia, con puntos de iluminación sucesivos.