El Día Mundial de las Aves Migratorias se celebra por duplicado: el segundo sábado de mayo y el segundo sábado de octubre. Este 8 de octubre tiene lugar la segunda parte de una iniciativa mundial que pretende sensibilizar sobre el valor estos animales.
El lema de 2022, ‘Noches oscuras, migraciones seguras’, busca la concienciación sobre el problema que supone la contaminación lumínica. Cada año crece en torno al 2% la luz artificial en todo el planeta y esto significa que muchas especies de aves se desorientan cuando vuelan de noche. Las consecuencias: colisiones con edificios, alteraciones de sus relojes interior y la merma de capacidad para hacer migraciones de larga distancia.
Las soluciones a la contaminación lumínica pasan por atenuar la luz en las ciudades durante las migraciones de primavera y otoño. Además, se trabaja en la elaboración de directrices de buenas prácticas dentro de la Convención sobre las Especies Migratorias. Las medidas concebidas a nivel mundial servirían para contribuir a que la migración se realice de manera segura.
Cambios en las rutas de las aves migratorias
Los cambios en los patrones meteorológicos en África están poniendo en peligro a las aves migratorias porque se han agotado los sistemas hídricos naturales en medio de una monumental sequía. El cambio climático está favoreciendo condiciones más calientes y secas que hacen más difícil la vida de las especies migratorias, sin apenas fuentes de agua y sin espacios para la reproducción.
Algunas de estas aves migratorias, como el pigargo malgache, el halcón de Falca y el alimoche sombrío están en “peligro crítico”. La ruta migratoria África-Eurasia, corredor de vuelo para las aves que se desplazan al sur a través del Mediterráneo, está en peligro.
Se han convertido, sin quererlo, en una especie de “chivato”, de avisador de problemas. Porque las aves sufren en sus carnes el aumento de temperatura hasta el punto de que cambian sus costumbres. Las rutas de ida y vuelta ya no son lo que eran. Aves africanas como el bulbul naranjero, el vencejo moro o el buitre moteado pasan grandes temporadas al sur de la Península; las cigüeñas y las golondrinas muestran cade vez menos interés en migrar a África o el ánsar campestre prefiere quedarse en Europa y apenas llega a Andalucía. Esto se conoce gracias a la monitorización de las aves.
Sedentarismo
En España se dan cita 200 especies de aves migratorias, de las que el 40% muestras signos de decadencia. Al cambio climático (el 70% de los humedales ha desaparecido en los últimos 100 años) habría que añadir la responsabilidad de la acción humana sobre la naturaleza, en especial el uso de plaguicidas en la producción agrícola. Las especies urbanas migratorias principales son la golondrina común, el avión común y el vencejo común. Entre las rapaces migradoras que viajan a las ciudades se hallan el cernícalo primilla y el autillo europeo.
Las cigüeñas blancas han decidido establecerse en España. Anteriormente no era más que una etapa en su camino, pero ahora se ha convertido en su destino final de viaje. Uno de los motivos es que les resulta más fácil encontrar alimento entre los desperdicios en nuestro país que en África.
No es raro contemplar la imagen de un conjunto de cigüeñas rastreando entre la basura de los vertederos. En algunas ciudades se han multiplicado por diez sus nidos en campanarios desde 1970. Se calcula que en torno al 70% de las cigüeñas ya no migran. Evitan así la travesía del estrecho de Gibraltar, 14 peligrosos kilómetros con fuertes vientos.
Las golondrinas también se han hecho sedentarias y muestran muy poco entusiasmo por viajar a África al final del verano para regresar a la Península en primavera. Y las que migran, regresan antes porque la primavera se suele anticipar. Esto tiene el riesgo de que mueran porque no hay insectos o regrese el frío y no tengan tiempo de buscar zonas más cálidas. La última década ha supuesto un declive de esta especie de un 33%.
Plumaje más claro
Las aves migratorias tienen una constitución física especialmente adaptada para recorrer grandes distancias. A su resistencia se suma, según se publicó en la revista Current Biology, que sus plumas más claras les sirve para volar más. La coloración más clara del plumaje limita el riesgo de sobrecalentamiento en la exposición al sol. Estas superficies absorben menos calor que las más oscuras.
Los resultados de la investigación indican que las especies de aves son cada vez más claras a medida que migran más. Las aves residentes, por ejemplo, tienden a ser más oscuras que las migrantes de corta distancia. Y las migrantes de corta distancia son más oscuras que las especies de aves que viajan más lejos. Este patrón se repite en aves de distintos tamaños y no hay diferencias entre especies terrestres y acuáticas. Los estudios futuros irán dirigidos a comprobar cómo solucionan las aves migratorias los asuntos de la termorregulación.
Programa MIGRA
El Programa MIGRA, fruto de la colaboración entre la Sociedad Española de Ornitología, SEO/BirdLife, y Fundación Iberdrola Española, es un proyecto dirigido al estudio de los movimientos migratorios de las aves presentes en España con el objetivo de proteger la avifauna.
Este proyecto, que comenzó en 2011, pretende describir los movimientos de cada especie durante uno o varios años. Así se puede conocer qué especies hacen grandes movimientos, sus rutas migratorias, áreas de reposo durante el viaje y áreas de invernada, qué especies llevan a cabo solamente movimientos dispersos fuera de la época de reproducción y cuáles son totalmente sedentarias.