El hidrógeno verde, conocido también como sostenible o limpio, se logra mediante la electrólisis, un proceso que consigue separar los componentes del agua, hidrógeno y oxígeno. Su producción no provoca emisiones de CO2. En un mundo agobiado por la crisis climática y con el objetivo de la sostenibilidad para liderar el progreso, el hidrógeno verde puede convertirse en el mejor aliado para descarbonizar el planeta. Resta todavía la comercialización a gran escala, pero se están dando los pasos para ello.
El hidrógeno verde va a cambiar por completo el panorama de la energía, como explica Millán García-Tola, director global de Hidrógeno Verde de Iberdrola: “Va a permitir descarbonizar usos y sectores donde no era posible mediante la electrificación directa, como la industria siderúrgica, los fertilizantes o el transporte pesado”.
Tanto la Unión Europea (UE) como las compañías más importantes del sector de la energía están poniendo el foco en el desarrollo del hidrógeno verde. Y en este sentido, la ayuda viene de Bruselas. De la primera provisión del fondo de recuperación recibido (78.000 millones), el Gobierno destina 1.555 para proyectos de hidrógeno de 2021 a 2024.