Este 18 de octubre se celebra en todo el planeta el Día Mundial de Protección de la Naturaleza, con el propósito de concienciar a la humanidad acerca de la necesidad de preservar el medio ambiente. Buen momento para repasar qué debemos hacer para ser un buen ‘agente’ protector de la naturaleza.
Este día se conmemora desde 1972, año en el que expresidente argentino Juan Domingo Perón pronunció en Madrid, donde se encontraba exiliado, un discurso histórico: “Ha llegado la hora en que todos los pueblos y gobiernos del mundo cobren conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobreestimación de la tecnología. Es necesario revertir de inmediato la dirección de esa marcha, a través de una acción mancomunada internacional”.
Convertirse en protector de la naturaleza
El general Perón hizo llegar este discurso al entonces secretario general de Naciones Unidas, Kurt Waldheim, que quedó bastante conmovido. Hasta el punto de que difundió el mensaje ante la tribuna de la Asamblea General de la ONU, donde se estableció como una de las metas principales del organismo la protección del medio ambiente. Desde entonces, con desigual fortuna, gobiernos, administraciones locales, asociaciones ciudadanas, empresas y particulares tienen la misión de ser, uno a uno, una especie de ‘agente’ protector de la naturaleza.
Hoy en día, uno de los principios rectores de Naciones Unidas es lograr un mundo más sostenible, objetivo que promueve la Agenda 2030: conseguir el desarrollo de las naciones sin que ello afecte a la naturaleza, más bien al contrario, logrando aprovechar sus recursos.
Esta celebración se antoja cada vez más relevante ante la deriva del planeta como efecto de las acciones del hombre. Pero todavía estamos a tiempo de parar el cambio climático y construir un futuro más amigable. Las previsiones apuntan a que en 2050 la degeneración del medio ambiente amenazará a 5.000 millones de personas. O cambiamos de hábitos o no se podrá salvar el planeta.
Consejos
Todo pequeño gesto sirve para cambiar el mundo. Ofrecemos a continuación una lista de consejos para convertirse en un buen ángel custodio, un ‘agente’ protector de la naturaleza.
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Respetar las normas. Aunque sea difícil o no estemos acostumbrados, conviene cumplir con la normativa establecida para la protección del medio ambiente. Que el viaje a los parques, a la montaña, al río, a la playa o en el seno de las mismas ciudades no sea motivo para faltar al respeto al entorno. Si adoptamos esas medidas también en el propio hogar, la contribución a la naturaleza será aún mayor.
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Evitar el coche. Es esencial limitar las emisiones de CO2, porque dañan el medio ambiente, la naturaleza, la atmósfera y favorecen el cambio climático y perjudican al ser humano. Utilizar menos el coche y usar más los medios de transporte alternativos supone ventajas ambientales y personales. Desplazarse en bicicleta supone incontables ventajas a nivel personal y a nivel ambiental, porque no causa polución. Limitar la contaminación contribuye a lograr una naturaleza más sostenible y una mejor salud.
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Uso racional del agua. El agua tiene un gran valor en la naturaleza. Racionalizar su uso y su ahorro ayudan a crear un mundo mejor. Los grifos deben cerrarse cuando ya se ha usado el agua necesaria, hay que elegir prácticas donde se consuma menos agua en el aseo personal y en los electrodomésticos. También hay que hace un uso moderado de los regadíos.
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Uso correcto de los productos del hogar. Cuando se adquieran productos de limpieza para la vivienda se debe procurar que sean biodegradables para que provoquen el menor daño a la naturaleza. En numerosas ocasiones, el agua que se arroja a las tuberías con restos de esos productos es altamente contaminante.
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Las 3 R, reducir, reciclar y reutilizar. El concepto de reciclaje lleva asociado desde algún tiempo los de reducir y reutilizar. Son acciones fundamentales que suponen un avance importante. Se reciclan los residuos en el hogar o se reutilizan los papeles. Antes de tirar ropa, libros o juguetes, hay que plantearse darles una segunda vida a los productos.
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Educación ambiental. El mundo educativo lidera la concienciación sobre el cambio climático gracias a la educación ambiental. Pero el interés de los padres ha motivado que en los propios hogares se desarrollen estos valores. Porque los más pequeños son los que se van a ocupar del mundo el día de mañana.
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Consumir alimentos de temporada. Los alimentos que no son de temporada conllevan un proceso de elaboración con mayor coste y más impacto en la naturaleza. También hay que procurar que sean alimentos de proximidad, porque el transporte ocasiona más emisiones.
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Valorar la luz natural. Hay que aprovechar las horas del día para tener apagadas las luces de casa, y cuando sea preciso más luz se deben elegir bombillas de bajo consumo porque el ahorro energético es ayuda para la naturaleza.
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Usar el termostato.Calefacción y aire acondicionado deben regirse por un termostato para controlar la temperatura, los costes y el impacto en la naturaleza.
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Plantar árboles.Los árboles producen oxígeno y resultan esenciales para la naturaleza.