Un usuario de automóvil debe tener muy claras las prestaciones de un neumático. Si dura más, se pueden hacer más kilómetros. Pero también, si se compran menos, se fabricarán en menor medida y eso reducirá el impacto en el medio ambiente tanto en su producción como al ser retirado. Michelin, como parte de su compromiso “Todo sostenible” para 2050, se centra en dos grandes líneas de trabajo: consumo de recursos naturales no renovables e impacto medioambiental.
El plan de acción de Michelin pasa, en primer término, por sustituir las materias primas de origen no renovables. Uno de los principales proyectos en este sentido es el BioButterfly, una especie caucho sintético conseguido del petróleo, llamado butadieno, a partir de fuentes biológicas como la biomasa (biobutadieno).
Iniciativas de Michelin
Otra iniciativa se denomina Amyris, consistente en desarrollar un nuevo proceso para conseguir isopreno (caucho natural) desde distintos tipos de biomasa. El Bioimpulse o producción de una nueva resina adhesiva (Resicare) de origen vegetal es otro proyecto. Y por último, el llamado HelioCompound, tecnología que usa aceite de girasol para fabricar neumáticos en vez de aceites sintéticos.
En la actualidad, el 28% de las materias primas que utiliza Michelin son renovables. Sin embargo, se han fijado el propósito de que en 2030 llegue al 40% y al 100% en 2050. Sobre el proceso de fabricación, toda la energía eléctrica consumida en sus fábricas proviene de fuentes 100% renovables, y se complementan con un sistema de paneles solares fotovoltaicos en las cubiertas de la fábrica de Valladolid.
Neutralidad en carbono
Con respecto a las emisiones de CO2 en la fabricación y energía, el objetivo es reducirlas en 2030 un 50% y alcanzar la neutralidad en carbono en este ámbito en 2050. El mayor impacto medioambiental no ocurre con el proceso de fabricación ni con los neumáticos fuera de uso. El 86% de las emisiones de CO2 se producen cuando el neumático se está utilizando.
Porque la resistencia a la rodadura de los neumáticos es un factor que incide en el consumo de carburante, responsable a su vez de las emisiones de CO2. A menor resistencia, menor consumo energético y por tanto menos emisiones. Por cada litro de combustible no consumido, el ahorro es de 2,66 kg de CO2.
La compañía fue pionera en el desarrollo de la tecnología radial, que lleva más de 40 años y permite limitar un 30% la resistencia a la rodadura. Desde hace más de dos décadas utiliza la tecnología sílice, un compuesto en la banda de rodadura que disminuye un 20% más la resistencia.
Ahorro
El propósito es que en 2030 los neumáticos hayan podido mejorar su eficiencia energética un 10% en comparación con 2020. El uso de todos los neumáticos hasta el final de su vida útil lograría ahorrar 400 millones de neumáticos al año y 35 millones de toneladas de emisiones de CO2.
Michelin anunció en febrero de 2021 el comienzo de la construcción en Chile de su primera planta de reciclaje integral de neumáticos en una empresa conjunta con la sociedad Enviro. Esta empresa sueca ha desarrollado una tecnología especial para recuperar el negro de carbón, el aceite de pirólisis, el acero, el gas y otros materiales en el proceso de reciclado de los neumáticos usados. Esto va a permitir el reciclaje de la totalidad de cada neumático al término de su vida útil.
Producción de estireno
El acuerdo entre Michelin y la empresa canadiense Pirowave permite la producción de estireno reciclado a partir del plástico que se halla en envases, como las tarrinas de yogur, bandejas alimentarias o paneles aislantes.
El estireno es un monómero usado para la fabricación de poliestireno, y también para la producción del caucho sintético que se usa en la fabricación de neumáticos. Podrían reciclarse al año el equivalente a 42.000 millones de envases de yogur para conseguir materia prima para la fabricación de neumáticos Michelin.