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La educación ambiental también es para el verano

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Educación ambientalPor fin las vacaciones. Con los pequeños sin colegio, es buen momento para que los padres busquen inculcar en sus hijos el amor por el medio ambiente y la apuesta por la sostenibilidad. Educación ambiental en tiempo de ocio y calor.

La sociedad española tiene conciencia de que debe afrontar el cambio climático y otros problemas ambientales. El mundo educativo abandera esta transformación, pero existe un interés creciente de los progenitores por la preservación del entorno. No vale solo con la información y la praxis en los centros escolares. Es importante que en casa se desarrollen esos valores, que los pequeños asuman que cuidar del planeta también les corresponde a ellos.

Educación ambiental en familia

El estudio La educación ambiental en el entorno familiar, realizado por More Than Research, señala que el 75% de padres y madres afirman tener un gran interés en todas las noticias relacionadas con el cambio climático y los problemas que inciden en el entorno medioambiental. Estos datos evidencian que existe una cadena en la educación ambiental que une a padres, alumnos y profesores. La conexión de los niños con la realidad debe fomentarse tanto en el colegio como en el hogar.

El concepto de educación ambiental está interiorizado. La citada investigación revela que el 96,5% de los encuestados consideran que conciencian a sus hijos sobre cuestiones ambientales y que ayudan a difundir estos valores.

Separación de residuos

Destacan además que el mayor hábito que llevan a cabo en casa es la separación de residuos para su reciclaje. También ponen el foco en aconsejar sobre la importancia de no dejar residuos en la calle o en la naturaleza. Otras prácticas realizadas son el ahorro del consumo de energía y agua.

Ofrecemos a continuación las propuestas para educar en la preservación y el conocimiento del medio ambiente de una manera divertida:

El juego de las 3Rs. Reducir, reciclar y reutilizar los residuos debe ser la máxima. Desarrollar en los niños en estos días de ocio la importancia del reciclaje puede ir unido a la diversión. La letra con juego entra. Así es más fácil aprender. De manera lúdica. Posibilidades: puede intentar adivinarse en qué recipiente va cada residuo o realizar manualidades con los envases ya usados. Hay que saber lo qué quiere decir el color de cada contenedor. En las excursiones se debe apostar por sandwicheras y cantimploras, en vez de productos de plástico.

Consumir productos de proximidad. Hay que apostar por los productos de cercanía porque anima la economía de la zona y provoca menos contaminación. Si puede ser mercado de barrio o de productores, mejor. Se debe evitar la comida sobreenvasada. Así se contribuye a la disminución de CO2 que provocan las emisiones de los transportes de larga distancia y se restringe el desperdicio alimentario.

No dejar basura en campo y playas. Las excursiones pueden servir para que los niños se den cuenta de la cantidad brutal de residuos que se dejan en los entornos naturales. Una posible actividad conjunta es la retirada de algunas de estas basuras. Así se dejan mejor los espacios y se contribuye a limitar el impacto ambiental del turismo.

Movilidad en bicicleta. Aunque se puede usar todo el año, la bicicleta es un medio de transporte, limpio, sostenible y con cero emisiones. Y también saludable. Conviene recordar que existe en la geografía española una amplia red de Vías Verdes y de caminos ciclables.

Baños en la naturaleza. Playas, lagos, ríos y lagunas como zonas habilitadas para el baño favorecen la diversión en el verano. Un consejo: la crema solar debe ser biodegradable para que no afecte al entorno. Los contaminantes químicos de algunas cremas son persistentes y dañan la vida acuática.

Practicar senderismo.  Las excursiones permiten conocer montañas, valles y playas que sirven para reconectar con los distintos ecosistemas de la naturaleza. La belleza del paisaje y la cultura del territorio una misma actividad. Conviene seguir la ruta de los senderos marcados. No se deben arrancar ni llevarse plantas, rocas, minerales o animales de la zona.

Eficiencia energética. Hay que ahorrar electricidad, aprovechar al máximo la luz natural y optimizar la energía, también en el lugar de vacaciones.

Ahorro de agua. Controlar el consumo de agua significa que los niños sean conscientes de la escasez de este recurso en todo el planeta y en algunas zonas de nuestro país.

Noches de estrellas. El verano es un buen momento para disfrutar de las noches estrellados. Conviene aprovechar las zonas con poca contaminación lumínica. Tumbados en familia se puede aprender sobre astronomía. La noche de las Perseidas, también llamada “lágrimas de San Lorenzo”, se pueden observar en su plenitud los días 11, 12 y 13 de agosto.

Elección de alojamientos sostenibles. Se pueden escoger establecimientos hoteleros o apartamentos donde exista menor impacto ambiental. Estos lugares dependen del diseño y la gestión: con menos uso de plásticos, costumbre de reciclaje, obtención de la energía de fuentes renovables, compra de productos de kilómetro cero. Con los niños se pueden revisar las características que hacen posible que estos establecimientos sean eco-friendly.

 


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