Escrito por 11:56 Arquitectura y Construcción, Comunicados, Destacados

La UE quiere potenciar la circularidad de los edificios

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Un edificio tiene 3.000 productos diferentes, según la estimación de Green Building Council España (GBCe). Este cálculo ejemplifica el potencial de los edificios como bancos de materiales futuros. Pero, “el cambio hacia la circularidad de los edificios solo es posible si disponemos de toda la información sobre sus componentes para poderlos reutilizar y darles una segunda vida”, sostiene la directora general de GBCe, Dolores Huerta.

La Comisión Europea ha propuesto la creación de un Libro Digital del Edificio en su última revisión de la Directiva de eficiencia energética en edificios, que se prevé aprobar este año y cuyo propósito es la descarbonización del sector de la edificación y la circularidad de los edificios.

El Libro Digital del Edificio será una herramienta dinámica que permite monitorizar los datos, la información y los documentos vinculados con cada fase del ciclo de vida del edificio. “Los materiales que conforman una edificación deben disponer de un pasaporte que permita identificar sus propiedades en todo momento y que les confiere identidad y valor como recursos al final de su vida útil”, resalta Jordi Bolea, coordinador del Grupo de Trabajo sobre Economía Circular (GTEC) de GBCe.

Impulso de la circularidad de los edificios

La propuesta de Bruselas está alineada con la petición que plantea el GTEC en su informe El Libro Digital del Edificio, instrumento para la economía circular. “El pasaporte de materiales, como parte del Libro Digital del Edificio, es una herramienta imprescindible para integrar la circularidad en el sector de la edificación y cumplir con el compromiso de las cero emisiones para 2050”, afirma Bernardette Soust-Verdaguer, miembro del GTEC.

El desafío es mayúsculo, ya que el sector de la edificación es responsable en España del 30,1% del consumo de energía final y del 25,1% de las emisiones de CO2 a la atmósfera, tal y como se recoge en la Hoja de ruta del proyecto Building Life. Además, la mitad de las emisiones que están previstas hasta 2050 no figuran en ninguna estrategia de descarbonización.

Contra el agotamiento de los recursos

La ONU estima además que más del 60% de las emisiones de CO2 a nivel global -excluyendo las derivadas de los usos agrícolas y forestales- se liberan durante la extracción, procesamiento y fabricación de bienes. Mientras que algo menos del 40% se emiten durante el uso de productos y la entrega de servicios. Es un proceso en constante aceleración: el uso de materiales se triplicó desde 1970 y podría duplicarse hacia 2050.

“Solo a través de la economía circular podremos mitigar el cambio climático, evitar el agotamiento de los recursos y detener la degradación de los ecosistemas”, estima Bolea.

Planificación del proyecto

“Para implementar la circularidad es necesario planificarla desde la fase de proyecto, diseñar edificaciones que puedan ser desmontables y asegurarnos de que sus materiales no contienen sustancias tóxicas que comprometan su reaprovechamiento futuro”, plantea Beatriz de Diego, experta del Área Técnica de GBCe y miembro del GTEC.

La circularidad de los edificios será viable si se tiene en cuenta qué sucederá con los recursos durante toda la cadena de valor y al fin de su vida útil. Es preciso un escenario de digitalización total de la información, un reto que, según Alfons Ventura, experto del Área Técnica de GBCe en el proyecto VALREC y miembro del GTEC, “debe abordarse con la implicación de todos los actores en todo el ciclo de vida de los activos construidos”.

El proceso debe incluir la idea de que los residuos se puedan reaprovechar, sin que se degraden los recursos. “Debemos aspirar a que se incremente la calidad o el valor del producto original”, afirma Ventura.


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