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Museos sostenibles para cumplir con la Agenda 2030

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muse parado madridLos museos están vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como instituciones que contribuyen a poner solución a la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y el aumento de la desigualdad. Esta relación afecta a estos centros culturales, porque también son herramientas de transformación en pos de la sostenibilidad, convirtiéndolos en museos sostenibles. Los valores de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, aprobada en el año 2015, coinciden con esta apuesta de la cultura.

Entre las acciones de los museos figuran la de proporcionar aprendizaje en apoyo de los ODS, permitir la participación cultural de todas las personas, fomentar el turismo sostenible, permitir la investigación sobre los ODS y difundir la Agenda 2030.

El mundo de la cultura ha pedido que su sector se incluya en un ODS18, como eje transversal del progreso social, pues avala propósitos como la igualdad de género, el trabajo decente o el crecimiento económico. Se prevé que los fondos europeos contribuyan a la gestión sostenible de distintas artes y del patrimonio.

La conservación en los museos sostenibles

Los museos históricamente han guardado estrictas condiciones de conservación que obviaban la eficiencia energética, pero están modificando sus pautas para ponerse en línea con el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático. Los museos sostenibles de hoy en día conciencian a los visitantes sobre asuntos medioambientales.

Ejemplos de eficiencia energética se encuentran en la Academia de las Ciencias de California, el Museo del Mañana de Río de Janeiro o el Museo del Prado de Madrid.

Una temperatura de entre 20 y 22 grados, humedad relativa de entre el 40 y el 45% y un máximo de 150 luxes de iluminación. Con estas condiciones se conservan los cuadros. Los museos arqueológicos, en cambio, deben valorar que en sus salas deben conservarse distintos materiales.

La arquitectura ‘eco’ está en la raíz de museos sostenibles, como la Academia de las Ciencias de California (Estados Unidos). Su techo de 10.000 metros cuadrados recubierto por plantas autóctonas actúa como aislante térmico. Absorbe además 13 millones de litros de agua al año. Consume un 30% de electricidad menos que cualquier edificio de sus dimensiones y sus 60.000 celdas fotovoltaicas cubren el 10% de sus necesidades energéticas.

Rehabilitación sostenible

Entre los museos que ponen el foco en la concienciación destacan el Museo del Océano de Biarritz (Francia), concebido como un pasaje interactivo al fondo de los océanos, y el Biomuseo de Panamá, que tiene como objetivo educar sobre la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad.

Para lograr adecuar un museo antiguo, conviene echar mano de la rehabilitación sostenible, que tiene varias fases: la gestión de los residuos provocados en el vaciado y demolición, el uso de materiales que originen el menor impacto al medio ambiente, la mejora del aislamiento y el mantenimiento sostenible cuando la obra esté terminada.

La gestión sostenible de un museo incluye la responsable toma de decisiones de los directivos, una adecuada colección y unas normas de comportamiento para los empleados. En este compromiso hay que reforzar las líneas de actuación sobre la reducción del consumo, la reutilización y el reciclaje y la implantación de sistemas de gestión ambiental.

Los museos son aliados importantes en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Además, intervienen en los procesos de digitalización.

El trabajo de la Fundación Iberdrola

La Fundación Iberdrola patrocina la instalación de un nuevo sistema de iluminación con tecnología LED en distintos edificios históricos y pinacotecas. Lo hizo con el Museo del Prado. Gracias al proyecto “Iluminando el Prado”, la institución deja de emitir 372,6 toneladas de CO2 y reduce el consumo energético en un 77,29%. La iniciativa permite el ahorro de 1,77 millones kWh/año y reduce un 44% la radiación a las obras.

Otro ejemplo de compromiso con la preservación del medio ambiente lo constituye el Museo Guggenheim Bilbao. Desde su fundación, la entidad se propuso cumplir la normativa en materia medioambiental, pero también quiso ampliar esa apuesta. Para ello, adoptaron sistemas de prevención de contaminación, control de residuos y criterios de uso eficiente de los recursos. En 2004 el Museo logró la certificación correspondiente a la implantación de un sistema de gestión medioambiental según la ISO 14.001.

Algunas de las medidas del centro son la recogida selectiva de residuos y reciclaje, la reducción del impacto sonoro en el entorno, la realización de auditorías medioambientales anuales y la formación de sensibilización para la plantilla.

Gestión eficiente

El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, el MACBA, trabaja en la optimización de procesos y la gestión eficiente de los recursos. En 2017, incorporaron la sostenibilidad medioambiental y la responsabilidad social como prioridad.

De forma escalonada están sustituyendo muchos materiales por alternativas más sostenibles con productos más eficientes, de proximidad y certificación de origen. Por ejemplo, con versiones simplificadas de impresión, con la renovación de los equipos informáticos, con la eliminación de los vasos de plástico de las oficinas y usando papel reciclado.

Alargar el ciclo de vida de los materiales es uno de los principios de la economía circular que practican en el MACBA, donde trabajan activamente para reducir la huella de carbono,  con un plan de movilidad sostenible que impulsa el transporte público y los medios de transporte menos contaminantes. Además, en cuanto a segregación de residuos, implican a colaboradores, proveedores, usuarios y visitantes en la recogida selectiva.


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