Conseguir eficiencia energética es propósito común de empresas y particulares para tener el menor gasto posible, más allá de las medidas establecidas por los diferentes gobiernos. Además del ahorro, cuenta la necesidad de tener un consumo sostenible acorde con el medio ambiente. La arquitectura bioclimática puede ser parte de la solución.
Con todo este ritmo vertiginoso de propuestas, el mundo de la construcción ha evolucionado rápidamente en los últimos años en la denominada arquitectura bioclimática, tendencia que aúna ahorro y sostenibilidad, dos conceptos que desde siempre han ido conjuntamente.
Las ventajas de la arquitectura bioclimática
Estas construcciones, en constante evolución, pueden lograr economizar porcentajes que nos pueden parecer inimaginables en el consumo energético: entre el 60% y el 100%, según apunta el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT). Estas cifras son posibles en España por las condiciones privilegiadas del territorio nacional, gracias a un gran número de días soleados y horas de luz, junto a las diversas fuentes de agua.
En el plano urbanístico, se lleva trabajando en estas construcciones desde hace más de una década. Son las denominadas “casas pasivas”, pues se benefician de manera pasiva del entorno para generar la energía y contribuir a que sean habitables.
Las claves de un hogar bioclimático
Ribera del Calderón, especializados en nuevos tipos de construcciones, explica los aspectos a ser tenidos en cuenta en la creación de un espacio sostenible. Aparte de tener sistemas específicos para conseguir energía renovable, una casa pasiva o bioclimática comienza desde antes incluso de la construcción. La orientación y diseño previo de la vivienda son dos aspectos muy importantes que determinarán si el hogar es realmente sostenible y eficiente.
Es factor clave el aprovechamiento e integración del entorno al máximo. Los elementos naturales deben poder ser usados para el beneficio, pero siempre de manera ecológica. Los materiales más utilizados son los más ecológicos, como madera u hormigón. La disposición de la casa marcará las diferencias sobre el consumo energético. Para aprovechar el sol de este a oeste los meses de invierno, cuando más energía se consume, lo mejor es una perfecta orientación sur.
Equilibrio
Una vivienda que pese es mejor para retener la temperatura dentro del hogar. Aparte de prestar atención a los gustos personales, la arquitectura interna debe tener un buen equilibrio de los sistemas de ventilación para todos los meses del año.
Por último, siendo el tema que más preocupa a nivel mundial, un buen sistema de reutilización de agua rebajará la factura, y aún más importante, se contribuye a reducir el uso de un bien cada vez más escaso.