
Rafael Benjumea Presidente UNEF
Imagina un día cualquiera en el que, haciendo la compra en el mercado, es imposible encontrar manzanas. No consigues encontrarlas ni en tu ciudad ni en ningún lugar del mundo. Que desaparezca por completo tu fruta favorita o que nunca más puedas volver a regalar flores depende de las abejas, esa especie que, a través de su propia salud, refleja la del planeta.
Tal y como nos insiste la Organización de Naciones Unidas, el cambio climático no sólo está impactando severamente el bienestar de los insectos, sino que las olas de calor extremo o los incendios forestales nos recuerdan que vivimos en una situación de emergencia que no da tregua.
Además, en los últimos meses, los informativos hablan cada día sobre cómo los elevados precios de los combustibles fósiles alzan el precio de la luz lastrando no sólo, nuestra lucha contra el cambio climático, sino también el desarrollo sostenible de las empresas españolas y la creación de nuevos puestos de trabajo.
Pero no todo iba a ser malas noticias. El sector de la energía solar en España puede responder a ambos problemas: somos capaces de producir una energía limpia que no emite ningún tipo de contaminación ni radiación y que, por su papel de substitución de los combustibles fósiles, es una de las principales armas en esta emergencia climática.
Además, gracias al aprovechamiento de un recurso endógeno como es el sol, la tecnología fotovoltaica supone una ventaja competitiva para todas aquellas empresas que quieran integrarla en el desarrollo de su actividad a través de opciones como el autoconsumo o las comunidades energéticas, dando lugar a un ahorro significativo que afecta muy positivamente en su cuenta de resultados.
Desde la Unión Española Fotovoltaica, consideramos que todos los proyectos fotovoltaicos deben pasar unos altos estándares de integración ambiental en los que la conservación de la fauna y el paisaje son fundamentales. Estándares que se refuerzan y se complementan a través del sistema que hemos elaborado en UNEF para la certificación de la sostenibilidad de las instalaciones fotovoltaicas, dirigido a empresas desarrolladoras, constructoras o propietarias de las plantas solares en suelo.
También es importante destacar que, si los proyectos solares en suelo se desarrollan de manera adecuada, contribuyen de forma muy positiva a la renaturalización del espacio que ocupan. Tal y cómo han demostrado estudios científicos, las plantas se pueden convertir en verdaderas reservas integrales de la naturaleza, donde esas abejas, de las que hablábamos antes, tengan un ecosistema mejor dónde vivir.
De esta manera, la energía solar puede realizar una doble la aportación a la sociedad española: contribuimos, por un lado, a la preservación de la biodiversidad al tiempo que generamos una nueva ventana de oportunidad capaz de mejorar el desarrollo económico y social de nuestro país. El objetivo lo tenemos claro: que la historia de las manzanas se quede, tan sólo, en una distopía que nunca se convierta en realidad.