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El nuevo modelo económico del Pacto Verde Europeo

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Pacto Verde EuropeoLa Unión Europea (UE) decidió en 2019, cuando todavía no había asomado el COVID-19, impulsar el Pacto Verde Europeo (“The European Green Deal”) con el foco puesto en la sostenibilidad del medio ambiente, la descarbonización y la transición ecológica. Para combatir el cambio climático se fía el futuro a un modelo energético que se basa en energías renovables.

En un principio se marcó como objetivo reducir las emisiones el 40% en 2030. Pero el pasado año se apostó por subir el porcentaje al 55%. El horizonte es 2050, año en el que se pretende alcanzar la neutralidad climática.

Pacto Verde Europeo y taxonomía

Está inspirado en el “New Deal”, una propuesta que surgió en Estados Unidos: un plan de reformas sociales y económicas y proyectos de obras públicas realizados, entre 1933 y 1938, por el presidente Franklin D. Roosevelt en respuesta a la Gran Depresión.

Todas las iniciativas que pueden ser consideradas sostenibles y recibir inversiones se agrupan en la denominada taxonomía verde. La UE pretende que esta clasificación defina lo que es sostenible y de paso evitar el greenwashing, lavado de cara para simular que un producto o proyecto es ecológico.

La taxonomía verde establece seis objetivos para entrar en esta categoría: la mitigación del cambio climático, la adaptación al cambio climático, el uso sostenible y la protección de los recursos hídricos y marinos, la evolución hacia una economía circular, las medidas sobre la contaminación y la preservación de la biodiversidad.

Paquete “Objetivo 55”

Se tuvo en cuenta para fijar la taxonomía verde los distintos intereses nacionales, como la inclusión de la energía nuclear o el gas natural. Las energías renovables, como la eólica o la fotovoltaica, avanzan en el panorama energético, al que se está sumando el hidrógeno verde.

El Pacto Verde Europeo queda alineado con el Acuerdo internacional de París. Para cumplir con los distintos objetivos se precisa modificar la sociedad y la economía. Rentabilidad, equidad y equilibrio deben combinarse. Por eso el enfoque debe ser holístico e intersectorial. Las medidas abarcar distintos ámbitos de actuación como el clima, el medio ambiente, la energía, el transporte, la industria, la agricultura y las finanzas sostenibles.

Estas medidas son conocidas como paquete “Objetivo 55”. El Reglamento de la Ley Europea del Clima consagra la obligación jurídica de las iniciativas. En junio de 2021, los ministros de Medio Ambiente de la UE acordaron unas Conclusiones para establecer la estrategia.  En materia de biodiversidad se pretende ampliar las zonas marinas y terrestres protegidas en Europa, recuperar los ecosistemas degradados reduciendo el uso y la nocividad de los plaguicidas y fortalecer la financiación de las iniciativas y mejorar en el seguimiento de los avances.

Otra iniciativa es la estrategia “De la Granja a la Mesa”, que quiere transformar el sistema alimentario en un modelo sostenible. Junto a la seguridad alimentaria y la inocuidad de los alimentos, se busca garantizar suficientes alimentos, y que sean asequibles y nutritivos, sin superar los límites del planeta, apoyar una producción alimentaria sostenible y promover un consumo de alimentos y unas dietas saludables más sostenibles.

Apoyo financiero

En cuanto a la estrategia industrial la UE reserva a la industria europea el papel de dirigir la transición hacia la neutralidad climática como motor del cambio, la innovación y el crecimiento. También contempla un Plan de Acción para la Economía Circular como garantía de recuperación ecológica tras la pandemia de COVID-19.

Este plan se centra en sectores como la electrónica y las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), las pilas y baterías, los envases y embalajes, los plásticos, los productos del sector textil, la construcción y los alimentos.

Como algunos Estados Miembros tendrán más difícil conseguir la neutralidad climática hasta 2050 por su alta dependencia de los combustibles fósiles, la UE ha considerado la introducción de un Mecanismo para una Transición Justa, destinado a suministrar apoyo financiero y técnico a las zonas más afectadas por la transición hacia una economía baja en carbono. Esta herramienta contribuirá a que se movilicen entre 65.000 y 75000 millones de euros como mínimo durante el periodo 2021-2027 para personas, comunidades, empresas, Estados miembros o regiones.

Como el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE vienen del uso y la producción de energía, la descarbonización de este sector resulta fundamental. Para ello se está apoyando el desarrollo de fuentes de energía más limpias, como la energía marina y el hidrógeno; se fomenta la integración de los sistemas energéticos; se implementan infraestructuras energéticas interconectadas mediante los corredores energéticos; y se revisan la normativa acerca de eficiencia energética y energías renovables.

Tranformación de las ciudades

Sobre el sector de la construcción, responsable de más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE, se ha aprobado poner en marcha la renovación de este ámbito. Además se priorizará la sostenibilidad de las sustancias químicas y la movilidad.

La Estrategia sobre Biodiversidad se basa en promover la gestión forestal sostenible, ofrecer incentivos financieros a los propietarios y gestores forestales para que adopten prácticas respetuosas con el medio ambiente y aumentar el tamaño y la biodiversidad de los bosques.

Entre las consecuencias del Pacto Verde Europeo se encuentra la  transformación de las ciudades con un enfoque donde destacarán la renaturalización de los entornos urbanos más resilientes,  la promoción de modelos agrícolas y ganaderos bajos en emisiones o el diseño de los envases y embalajes para reducir desechos y darles una segunda vida para que no sean residuos por los siglos de los siglos.


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