Aeversu, la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos, ha detallados lo puntos clave para poder cumplir con los propósitos de la Unión Europea (UE) y para posicionar al sector entre los participantes destacados en la lucha contra el cambio climático y conseguir un futuro más circular.
En su Directiva de 2018, la UE estableció la obligación de no admitir en los vertederos los residuos reciclables o valorizables desde 2025 y reducir la cantidad de residuos urbanos depositados en vertedero un 10% antes de 2035. Aeversu plantea las siguientes peticiones:
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Un futuro más circular. Los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico reflejan que el 53,4% de los residuos urbanos terminaron en el vertedero, el 35% se reciclaron y apenas el 11,6% se valorizaron energéticamente. Aeversu apuesta por una transición hacia un futuro sostenible para España y una economía circular que funcione correctamente para 2035.
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Menos vertidos. La asociación demanda el aumento del reciclaje y que los vertidos se limiten. También advierte que la disminución de los vertederos implica una reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Las doce plantas de valorización energética que integran Aeversu tratan unas 2.300.00 toneladas de residuos no reciclables al año, de media. Es la producción de 1.600.000 MWh de energía, con lo que se evita la emisión de 224 Kg CO2e por tonelada de residuo urbano que se habría provocado si esos residuos hubieran acabado en vertederos.
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Desarrollo de nuevas instalaciones y necesidad de duplicarlas. La UE precisa un aumento de 40 millones de toneladas/año de capacidad de estas instalaciones para el cumplimiento de los objetivos marcados en 2035. En España, el máximo de residuos urbanos que pueden llegar al vertedero sería 2,3 millones de toneladas/año para 2035. Como el 65% de estos residuos han de ser reciclados, se debe llegar, como poco, a un 25% de tratamiento en plantas de valorización energética. Esto supone que hay que duplicar el número de plantas para evitar que los residuos urbanos acaben en el vertedero.
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Fuente de energía limpia. Es preciso que las plantas de valorización energética sean reconocidas como fuente de energía limpia y se integren en la infraestructura para 2035, sostiene Aeversu. La entidad recuerda que la producción de energía en estas instalaciones es en torno a un 50% renovable.
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Redes locales de calefacción y electricidad. En algunos países europeos, las instalaciones tienen prestaciones que contribuyen a la economía circular y a la limitación de la huella de carbono. La mitad de la red de calefacción urbana de París (Francia) puede abastecerse de las tres plantas de conversión de residuos en energía de la ciudad, que suministra a todos los hospitales de la ciudad y a gran parte de sus museos. Otro ejemplo más: los residuos municipales tratados en la instalación de Wuppertal (Alemania) se usan para generar el hidrógeno que mueve los autobuses de transporte público. Aeversu apuesta por políticas que favorezcan esta clase de instalaciones.
“Si queremos cumplir con las directrices, debemos de ponernos en marcha cuanto antes. El futuro es ya y ahora. Debemos apostar por este sector porque, además de ser una actividad favorable para el medio ambiente, también lo es por generar empleo y de calidad”, sostiene Rafael Guinea, presidente de Aeversu.