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Madrid y Barcelona, entre las ciudades más sostenibles del planeta

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Madrid y Barcelona, ciudades más sostenibles.jpgMadrid y Barcelona están clasificadas entre las 50 ciudades más sostenibles del mundo, en el puesto 28 y en el 49, respectivamente. Así lo ha destacado el Índice de Ciudades Sostenibles 2022 de Arcadis, que analiza la sostenibilidad de cien grandes ciudades en todo el planeta teniendo en cuenta la media de sus puntuaciones en tres apartados: planeta, personas y beneficios.

Oslo, Estocolmo y Tokio lideran la lista, que también coloca en el ‘top 10‘ a otras capitales europeas como Copenhague, Berlín y Londres, a las que siguen Seattle, París, San Francisco y Ámsterdam.

Arcadis considera que el planeta, las personas y los beneficios son los tres pilares de la sostenibilidad, que incluyen 26 indicadores diferentes y 51 métricas distintas en línea con la prosperidad general.

Características de las ciudades más sostenibles

En el apartado del planeta, se estudia, entre otros factores, la calidad de los factores medioambientales de una ciudad, como la contaminación del aire, los espacios verdes, la gestión de residuos, el consumo energético, las emisiones de gases de efecto invernadero, las renovables y los medios de transporte sostenibles. La capital noruega, Oslo, con la mejor puntuación. Barcelona, por su parte, está en el puesto número 17.

Por lo que se refiere a las personas, la medición que se realiza es sobre la calidad de las infraestructuras sociales, entre ellas la calidad de vida, y asuntos vinculados con la salud, la educación, la delincuencia, la infraestructura de transportes o la banda ancha. La ciudad de Glasgow recibe la mejor valoración en este apartado. Madriobtiene el puesto número nueve en la clasificación.

Con los beneficios se pretende medir la calidad de la economía de una urbe, el entorno e infraestructuras empresariales, la accesibilidad, el desarrollo económico o el empleo. El índice de Arcadis consagra a Seattle como líder en este aspecto.

El informe de las ciudades más sostenibles revela un dato curioso: de las diez urbes que lograron las puntuaciones combinadas más altas, ninguna de ellas se colocó entre las diez primeras en los apartados del informe al tiempo. La lectura es que la excelencia en una sola categoría no basta para la prosperidad a largo plazo.

Metodología

El director de Arcadis Global Cities, John Batten, ha señalado la singularidad de todas las ciudades, con su combinación de puntos fuertes y débiles. Destaca que existen distintas soluciones para impulsar a una ciudad a ser sostenible, como disponer de un responsable de sostenibilidad y una red de recarga de vehículos eléctricos, viviendas asequibles y la igualdad de los ingresos por el trabajo realizado.

Esta edición del Índice de Ciudades Sostenibles de Arcadis hace el número cinco de los informes de Arcadis desde 2015. Su metodología es adoptar una visión holística de la sostenibilidad que pone de manifiesto los desafíos que afrontan las ciudades para ser más resilientes a la emergencia climática, la inflación y la crisis.

El establecimiento de la clasificación global de las ciudades ha contado como datos clave con la exposición a los desastres naturales, la asequibilidad de la vivienda y la conciliación entre la vida profesional y privada. Un aspecto a tener en cuenta para lograr la sostenibilidad es la carrera desbocada de los precios, que no favorece a los ciudadanos.

El informe señala que las ciudades deben luchar contra el aumento desmesurado del coste de la vida y preocuparse más de las necesidades de la ciudadanía. La desigualdad de ingresos, la falta de vivienda y el desempleo afecta negativamente a ciudades como San Francisco, Miami o Sao Paulo.

Ciudades inteligentes

Las ciudades que reinvierten sus beneficios en servicios y políticas sociales, y en acciones medioambientales mejoran la calidad de vida de los ciudadanos. Ejemplos son Estocolmo, Tokio y Ámsterdam.

El informe señala que las ciudades de este estudio han sido escogidas en el afán de ofrecer una visión general del entorno urbano mundial, su cobertura geográfica, niveles de desarrollo en la economía, previsiones de crecimiento futuro y los desafíos de sostenibilidad.

Arcadis afirma además que los indicadores han sido analizados por sus expertos en la materia y los parámetros han sido elegidos por la información disponible para todas las ciudades y la credibilidad de las fuentes.

Junto al concepto de sostenibilidad se promueve el de ciudades inteligentes (Smart cities). Se habla entonces de ciudades sostenibles inteligentes. Barcelona y Madrid tienen suficiente dinamismo para el impulso de la economía del conocimiento y el talento. Ambas capitales, con un fuerte peso en Europa, actúan con su efecto tractor en el beneficio del conjunto del Estado. Por eso resulta fundamental que el avance se produzca de manera conjunta, que busquen complementarse y causar sinergias siguiendo un modelo de relación basado en la colaboración.

Frente común

La última edición del Ranking de Ciudades Inteligentes, publicada en octubre del pasado año, colocaba a Bilbao en el puesto número 10 de 118 ciudades de todo el mundo, y a Zaragoza en el 15. Barcelona y Madrid no aparecían en ese listado.

España cuenta con más de 60 Smart cities. Grandes ciudades, medianas y pequeñas, entre las que se hallan Madrid, Barcelona, Málaga, Granada, Vitoria, Logroño, Santander, Alcoy o Torrent. Inteligencia Artificial y algoritmos predictivos se utilizan para el control de los semáforos o los sistemas de iluminación. Sensores que analizan la calidad del aire, contadores de energía, racionalización de la recogida de basuras son las nuevas herramientas urbanas.

En ese frente común de Madrid y Barcelona hay que destacar su compromiso, junto a otras grandes capitales como Londres o Tokio, de alcanzar la neutralidad climática en 2050. Este desafío supone reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la promoción de política para la resiliencia en el consumo y la producción de energía. Este compromiso implica a toda la ciudadanía, no solo a las administraciones.

Propuestas

El desarrollo de ciudades sostenibles permite el equilibro de las actividades humanos con los recursos y el consumo. Madrid, por ejemplo, tiene en ‘Madrid 360’ la propuesta de su Ayuntamiento para convertir la capital en una ciudad de bajas emisiones. 

Con el cambio de parte de la flota de autobuses públicos a modelos híbridos o eléctricos, junto con las restricciones a vehículos contaminantes, Madrid se halla en línea de configurarse como ciudad sostenible. Barcelona se encuentra en la misma senda.


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