La primera edición de la Feria Sana Slow Wine, congreso internacional dedicado al vino bueno, limpio y justo, y el primer encuentro internacional de la Coalición Slow Wine tendrán lugar en la ciudad italiana de Bolonia, desde el 27 al 29 de marzo.
El auge de la alimentación ecológica y vegana ha motivado un cambio en el enfoque personal del consumo. Organizado por Bologna Fiere con la dirección artística de Slow Food en colaboración con FederBio, el evento estaba previsto para finales de febrero, pero fue aplazado para que su celebración gozara de toda la seguridad posible y que sea más sencilla la participación de expositores y visitantes.
Bodegas de todo el mundo han evidenciado su interés por el acontecimiento: junto a productores de Italia, asistirán también de Albania, Argentina, Bosnia, Brasil, Bulgaria, Chile, Croacia, Francia, Alemania, Macedonia, Montenegro, Perú, Portugal, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, España y Estados Unidos, entre otros países.
Slow Wine: una coalición sostenible
Será una especie de tour mundial para conocer los vinos y los enólogos que trabajan inspirados por el Manifiesto de Slow Food por un vino bueno, limpio y justo acorde a los principios de la Coalición Slow Wine: la sostenibilidad medioambiental, la protección del paisaje y el papel sociocultural que tienen las bodegas en las comunidades locales.
Con el propósito de hacer más fácil la participación de los delegados de la Coalición Slow Wine en las tres conferencias sobre el Manifiesto de Slow Food por un vino bueno, limpio y justo, las reuniones tendrán la modalidad online una semana antes de que se inicie la feria física en Bolonia.
En la inauguración de la Feria Sana Slow Wine en BolognaFiere se celebrará una asamblea plenaria en la que se presentarán los temas debatidos en las conferencias online: una síntesis de la revolución del sector vinícola que la Coalición Slow Wine anhela. Los tres días dedicados a los profesionales de la industria (restauradores, comerciantes, importadores, distribuidores, cocineros, sumilleres, etcétera) se celebrarán del 27 al 29 de marzo. En esos días se reunirán para conocerse y hacer negocios con algunas de las mejores bodegas italianas y con un grupo selecto de expositores internacionales.
El público general apasionado por el vino podrá visitar la Feria Sana Slow Wine el 27 de marzo para degustar vino de entre las miles de botellas en exhibición y conocer a los productores. Los visitantes también están invitados a formar parte de la novena edición de Masterclasses a cargo de productores y expertos, donde podrán aprender más sobre las filosofías de producción detrás de algunos de los vinos principales del planeta.
Slow Food, la inspiración de Slow Wine
La Feria Sana Slow Wine pretende ser un diálogo entre cultura enológica, sostenibilidad, producción ética y biodiversidad. La semilla de este encuentro está Slow Food, entidad fundada en 1989 con el propósito de que no desaparezcan las culturas y las tradiciones alimentarias locales.
También pretende hacer de contrapeso del ritmo vertiginoso de vida del mundo occidental y luchar contra el desinterés general sobre los alimentos que se consumen, su procedencia y la manera en la que las decisiones alimentarias afectan al medio ambiente.
Millones de personas en más de 160 países están implicados en este movimiento, que además busca asegurar que todo el mundo tenga acceso a una alimentación buena, limpia y justa. Buena porque debe ser una alimentación sabrosa y fresca de temporada que busque satisfacer los sentidos y esté imbricada en la cultura local. Limpia para que producción y consumo de alimentos no perjudiquen el medio ambiente, el bienestar animal o la salud humana. Y justa, con unos precios accesibles para los consumidores y justas retribuciones para productores.
Alimentos de proximidad
Clara es su recomendación de consumir alimentos de proximidad, el famoso concepto de kilómetro cero. Para ello apuesta por educar y formar en sabores y productos cercanos, apoyo a los pequeños productores y desarrollo de la biodiversidad autóctona. Este movimiento quiere adecuar la cocina a los ingredientes de proximidad. Consumir estos productos sirve para incentivar la economía local.
Por eso la organización se opone a la estandarización del gusto y de la cultura y al poder de las multinacionales de la industria alimentaria y la agricultura industrial. Slow Food estima que la alimentación es causa, víctima y solución del cambio climático, porque está vinculada con muchos aspectos de la vida, como la cultura, la política, la agricultura y el medio ambiente. La elección de determinado consumo de alimentos sirve para influir de manera colectiva sobre la manera de su cultivo, producción y distribución.
Slow Food lleva tiempo alertando de las emisiones de gas invernadero que provocan las granjas intensivas, conocidas en España como macrogranjas. Desde la entidad se recomienda comer poca carne y la que se consuma que no proceda de producciones intensivas. También muestran la preocupación por la eliminación total de residuos, sobre todo los alimentarios.